El nombre de Celso Gamboa, exmagistrado y exfiscal general, sigue generando titulares. Esta vez, no por los avances en su proceso de extradición, sino por una grave alerta dentro del sistema penitenciario costarricense: ¿tiene acceso a un celular en su celda de máxima seguridad?
📱 La alerta que lo puso todo en duda
El pasado 7 de julio, la Policía Penitenciaria de La Reforma ejecutó un operativo sorpresa en el módulo de máxima seguridad donde se encuentra recluido Gamboa. La intervención se dio tras una denuncia anónima que aseguraba que el exmagistrado poseía un teléfono celular dentro de su celda.
Sin embargo, tras una inspección exhaustiva, no se encontró ningún dispositivo móvil. La administración del centro penitenciario informó que se revisaron pertenencias, ropa, colchones y demás objetos personales, sin hallar evidencia de contrabando tecnológico.
🕵️♂️ ¿Y entonces por qué la sospecha?
La duda no es infundada. En junio, el OIJ decomisó un celular a Celso Gamboa, el cual fue entregado a la DEA como parte de la investigación por presuntos vínculos con narcotráfico internacional. Ese antecedente pone bajo sospecha la posibilidad de que existan otros medios no detectados aún por las autoridades penitenciarias.
Aunque el operativo del 7 de julio no confirmó la existencia de un nuevo teléfono, sí refleja la preocupación real dentro del sistema penitenciario sobre el posible uso de tecnología prohibida por parte de internos de alto perfil.
🧱 ¿Qué tan segura es una celda de máxima seguridad?
En teoría, los módulos de máxima seguridad —como en el que está Gamboa— cuentan con vigilancia 24/7, registros frecuentes, monitoreo de visitas y protocolos de alta rigurosidad.
Pero como ha quedado demostrado en otros casos en Costa Rica y América Latina, la corrupción penitenciaria y el contrabando tecnológico no son imposibles, incluso en las celdas más resguardadas.
⚠️ ¿Un preso privilegiado?
Este incidente refuerza las sospechas de que Gamboa podría estar recibiendo trato diferenciado dentro del sistema carcelario. Para muchos, la simple sospecha de que tenga acceso a un celular debería encender las alarmas institucionales, considerando su historial como figura de poder dentro del aparato judicial y su proceso de extradición en curso.
✍️ Reflexión final:
¿Puede un hombre con nexos tan profundos en el sistema judicial burlarse incluso desde prisión?
¿Y si realmente no fue encontrado el celular, pero sí existe?
La pregunta sigue abierta. Por ahora, las autoridades niegan todo, pero el escepticismo ciudadano crece con cada nuevo dato que sale a la luz.
